martes, 20 de septiembre de 2011

Algo de lo que encontrarás en EXP/EDICIÓN

Qué puede decirse de una colección de poesía si la poesía misma no consigue ser acorralada, apenas dibujada, aunque la(s) estética(s) que se han pretendido delinear en un mapa enrarecido latinoamericano no logran leerse si no es por medio de los libros que se arman traficando poemas de aquí y de allá, todo, entre voces, las más de las veces, en una fiesta digital de correspondencias. Pues sí que tenemos algo que decir: nos hemos divertido como nunca, pateando latas (sin dinero, como se dice en Perú) o a veces con plata en los bolsillos para comprar un par de Coronas o Quilmes o mezcales y conversando con poetas, con lectores de poesía, con cómplices. Y es sin duda cuando más han valido estos cinco años de Ediciones El billar de Lucrecia-Poesía Latinoamericana.

Así de simple, preferimos hacerlo: quince bolas de la poesía en español más potente, por primera vez en la bolsa trasera de un plomero, en el portafolio del oficinista, en la fonda de don Arnulfo. Y eso es lo que buscamos, celebrar la poesía y que ésta circule en todos lados y llegue a más personas y pueda, si no cambiar vidas, sí hacernos ver que seguimos siendo los mismos primates especializados.

Sabemos que los campeones están en nuestro catálogo. Quién quita y en treinta años Damaris Calderón sea la voz de Chile, o que en Argentina Washington Cucurto reparta el queso. Y no es que sean nuestras apuestas, sino lo que sigue, nuestra ferviente creencia en Pedro Montealegre, Eduardo Padilla, Laura Lovob, Montserrat Álvarez, Germán Carrasco, Néstor E. Rodríguez, José Carlos Irigoyen, Sylvia Figueroa, Roxana Crisólogo y todos los malditos latinos y sucadas, los poetas brasileños y todos pero todos nosotros que nos queremos tanto, nos acribilla, justa dimensión de la poesía.

Nos gustan las voces que se escuchan con fuerza y que ahuyentan a los misericordiosos. A veces, cuando ofreces tus puños en una acción concreta, lo que te espera es la indiferencia, el miedo. Pero el Billar no lo tiene y por eso cerramos nuestra colección con 15 títulos que arriesgan todo, 15 bolas de billar y mucha locura.

Rodrigo Castillo

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